martes, 29 de enero de 2008

SUGERENCIAS PARA LEER EL NT


En nuestros dias es comun considerar al NT como una rompecabeza inspirado por Dios cuyo significado tiene poco que ver con la intención que tuvieron sus autores del primer siglo y mucho que hacer en cuanto a como unos grupos contemporáneos se han acostumbrado a “descubrir” en él un llamado particular a un cierto estilo de vida religioso o práctica eclesiástica. La tendencia es utilizar el NT como un libro devocional, leerlo para oración pública, etc, pero no es un libro estudiado para y por si mismo. Esta cayendo mas de moda tratar con el NT como un recurso mas para la iglesia evangelica del siglo XXI, y no el fundamento de su fe y practica. Sin embargo, el NT no fue escrito ni por la iglesia del siglo XXI, ni exclusivamente para ella. Es decir, no esta sujeta a sus interpretaciones ni perspectivas religiosas o culturales. Mas bien, requiere la sumisión a sus perspectivas de cuales quieren aprender de el.

Al comienzo del aprendez biblica es importante hacer las preguntas correctas. Todos tenemos perspectivas preconcebidas, las cuales traemos a nuestro estudio del NT. Estas perspectivas pueden ser culturales, personales, o estar referidas a nuestras tradiciones religiosas. No es necesario que sean desechadas en si, sino el lector debe estar conciente de su influencia en la lectura del NT y sujetar estas perspectivas a la perspectiva del ambiente cultural, religioso y a los personajes del primer siglo cuando fue escrito.

Sin duda el NT es una colección de libros escritos en un tiempo particular y por personas particulares, con la intención de compartir un mensaje con el público contemporáneo del primer siglo. Y no fue escrito en forma como un teologia sistemática (pero contiene sistemas telologicas), ni devocional (aunque contiene secciones devocionales), ni con fines de simplemente compartir datos históricos (auque contiene datos históricamente probados). El NT debe ser leído en su contexto histórico y permitir que las historias compartidas en él puedan ser escuchadas como historia y no solamente un conjunto de “ideas religiosas”, con fines de respaldar el credo o creencia de una organización religiosa.

El enfatizar la perspectiva bíblica da la autoridad al texto mismo, y no a la experiencia personal.
Sin duda la experiencia personal, crea su propia poder, si sea basada en la verdad o en una realidad extraviada. La meta de esta forma de leer es, primero, comprobar los relatos nuevo testamentarios como históricamente verdaderos, y segundo, lograr integrar la teología de todo el NT, y por último, proveer un esquema que nos sirve para encontrar el significado de los textos.

Muchos cristianos no se dan cuenta de la importancia de leer la historia porque averiguar realmente lo que sucedió en el primer siglo le puede turbar su Fe al punto de perderla. Estamos muy cómodos con un amén, y tres glorias para saciar la conciencia floja que no quiere escudriñar la Palabra de Dios. ¡Excavando con sudor y sangre el monte Sión y la Roca de nuestra salvación!

El peligro de no conocer al Jesús revelado entre el contexto del primer siglo, es la tentación de recrearlo según nuestra imagen, o la imagen de nuestra tradición religiosa, o la necesidad de la cultura. Preguntas como ¿que significaba para Jesús proclamar que El era el Cristo?, ¿que significaba para Jesús y el publico judío la proclamación que el era Hijo de Dios? y ¿como entendieron el publico el mensaje de Jesús de “arrepentirse y creer el evangelio del Reino de Dios?”, son sumamente importantes si nuestra propósito es creer en Aquel que Dios envió. Por ejemplo, es importante para nosotros los del siglo XXI, entender que la proclamación de Jesús de “arrepentirse” no fue –en el contexto bíblico- un llamado simplemente personal, sino nacional (en este caso a Israel, el pueblo de Dios).

Por ejemplo, en el cristianismo contemporáneo “el arrepentirse” es dejar de actuar mal, o tener el propósito de no hacer el mal. Más el sentido amplio y bíblico en la boca de Jesús es “cambiar tu rumbo Pueblo de Dios!”. En este sentido el arrepentimiento no es simplemente un cambio de actos sino un cambio de destino que por naturaleza produce cambios en los hechos en la vida de uno.

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