jueves, 21 de febrero de 2008

El Poder Del Reconicimiento

En la vida cristiana practicada entre la esfera del reino de Dios, perdimos las estructura que en los sistemas religiosos nos libro de la necesidad de depender del Espiritu Santo. Entonces, cuando hablamos de la estructura del reino de Dios (y claro que hay!), uno de las perspectivas que debemos tomar es el reconicimiento de los dones entre el cuerpo de Cristo. Es decir, en una denominacion, uno no necesita discernir si uno tiene don de pastor, solamente necesita obedecer aquella que ocupe el puesto de pastor. Mas en el reino de Dios, los dones que Cristo ha dado a su cuerpo son reconocidos, no impuestos - y su autoridad tiene limites. Este nivel de liderazgo es personal y relacional y poderoso. En Mateo 10.40 y 41, Jesus hablo de este principio cuando dijo, "El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa." Aqui vemos claramente que el don, o oficio, de uno, transmite ciertas beneficios (y responsabilidades, cual tema vamos a tocar poco mas tarde!) a cuales les reciben. Tambien, en el caso de Pablo, el apostol a las naciones no judias, el reconocia que su autoridad tenia limites. Pablo, defendiendo su apostolado a la iglesia de Corintio, confeso que aunque no tuvo derecho reclamar su autoridad entre ellos, no tuvo autoridad en las iglesias que no planto o no fue recibido con autoridad apostolica (por ejemplo, la iglesia de Antioquia, cuando el era simplemente reconocido como maestro y profeta). 1 Corintios 9.1, 2 dice: "¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor." En resumen, entre La Iglesia de Jesucristo, los beneficios de su gracia son repartidas a todos, pero disfrutados por aquellos que reconocen - entre si mismo y entre los hermanos - los dones que Jesus ha puesto para edificacion mutua. No hay este sentir de servidumbre a un oficio o titulo, sino el de sumision voluntaria al plan de Dios en cuanto a como edificar Su iglesia. Hasta pronto...

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