lunes, 1 de marzo de 2010

La Confesion Cristiana

“Vamos nosotros también para morir con El” (Juan 11:16)

Creo que la relación de Tomas con Jesús fue verdadera, aunque faltando una comprensión completa de la misión de Jesús al entrar en el mundo. Hasta este punto en el evangelio de Juan, Jesús ha hecho muchos señales que confirman a la mente judía Su rol mesiánico, pero entre los judíos había una gran variedad de comprensión en cuanta a que exactamente era la misión del Mesías. Algún pensamiento era que él venía a liberar la nación de Roma, otros creyeron en un Mesías que gobernaría, se moriría, y entonces sería resucitado cuando Yahvé recrea el universo (y quizá esto fue lo que Tomas entendió) pero esta vista particular no vio al Mesías como Uno con el Padre, con Yahvé, sino como su agente divinamente escogido para guiar el pueblo.

Tomas probablemente creyó en la resurrección, pero en él probablemente todavía mantuvo algunas esperanzas nacionalistas en su comprensión - no reconociendo que lo que el Mesías iba a hacer - resurrección - fue de confirmar su papel como Rey - y no sobre Israel sólo, sino también sobre todo el orden creada por Yahvé. Otra vez, la resurrección en si mismo no fue una idea tan improbable para muchos de los Judíos, pero Jesús estiró radicalmente el concepto mucho más allá de lo que fue la esperanza típica de los Judíos. Por tanto, Tomas probablemente pensaba que este morir con Jesús compartía en Su papel mesiánico - que es verdad, pero no el significado pleno.

La lección para el Cristiano evangélico del siglo 21 es reconocer que, aunque la declaración de Tomas falto un entendimiento pleno era sincero y es aquí, en esta declaración “vamos y morimos con el” donde el cristianismo verdadero comienza. No hay otro credo, otra confesión más poderosa. Nuestro entendimiento de Jesús quizás no es completo, pero si no hay este sentir de abandonar todo para El nada que sigue después tiene valor alguno.

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