martes, 15 de junio de 2010

Una Perspectiva del Evangelismo

Evangelismo es una palabra común en el cristianismo, y si pregunta a diez personas diferentes lo que exactamente es y cómo uno debe ir haciéndolo, probablemente recibiera diez respuestas diferentes. Por supuesto encontrará mucho sentido común también, pero encontrará que hay muchas maneras diferentes en su practica: "Evangelismo personal, evangelismo de calle, teatro evangelismo," etc., etc., etc. La mayor parte de éstos son para el propósito de traer a individuos a una "relación personal" con Jesucristo; para conseguir la salvación personal. Pero un aspecto de la imagen bíblica de evangelismo que ha sido marginado en gran parte en nuestro propio día y cultura es este: el evangelio produce la materialización de una enteramente nueva clase de personas : El Pueblo de Dios (Efesios 2: 15). Cuando alguien dice "sí" a Jesús, ellos llegan a ser partes de la familia de la fe y progenitura de Abraham (Gálatas 3:29); un pueblo marcado no por distintivas terrenales, pero según quien es su Padre (Juan 1: 12-13).
-
Esta familia formada por el evangelio es también y a la vez una familia formado por la cruz. Su génesis es la Cruz de Cristo (Gálatas 6: 14-16), y cada reunión local es una extensión de ese principio y es por naturaleza evangelistica. Eso es, el evangelismo no es tanta una actividad de la iglesia como es la identidad corporativa de los que conocen a Cristo; los que han recibido las buenas noticias de Jesús que anula las cosas que mantuvo a hombres en contenciones el uno con el otro (Efesios 2: 14-16; Gálatas 3:28; Colosenses 3:11; etc.). Y la única manera de llegar a esta unidad es por la Cruz, por la sangre de Cristo (Colosenses 1:20). Siempre cuando cristianos en una cierta ubicación vivan y trabajen con un reconocimiento de la Cruz hay la familia de verdad (la familia no sin problemas, pero la familia en un ambiente donde asuntos pueden ser trabajados; Matthew 18, por ejemplo), y sólo entonces podemos decir que una persona o un pueblo ha sido "evangelizado"; alcanzado con las buenas nuevas. El evangelismo no es una tema de campañas, ni al instituir reuniones regulares, ni la institución de unos ritos – el evangelio es que Un Hombre Nuevo ha aparecido en la tierra (Efesios 2:15).
-
Lo que nosotros hemos visto y hemos oído por estas líneas en nuestro trabajo en Perú es lo que trataremos de expandir en nuestro trabajo en todos partes donde nos encontramos. En cortas palabras, La familia espiritual es formada por la cruz – no por la experiencia individual, ni los credos de denominaciones, ni la tradición, ni ningun otro distinctiva. Esas cosas son aspectos especiales de la vida cristiana compartida entre algunos - y tienen su valor mientras no contradicen la Cruz y su trabajo de evangelizar (formar el Hombre Nuevo).
-
Ahora, ?como esta perspectiva informa nuestra enseñanza? No pienso que no es muy lejos de la verdad decir que la mayoría de las predicas y las materiales del evangelismo moderno tratan con el tema en términos del estado del hombre pero en términos del propósito del hombre. Y cuando hablamos del propósito de hombre es generalmente con términos abstractos e usando lenguaje conceptual – frases como "el hombre existe para la gloria de Dios". Esa declaración es verdad, pero esta frase no me indica que es esta gloria. La Biblia, sin embargo, no explica las cosas tan etéreamente; en términos bien relevantes al propósito del hombre, nos habla concretamente: "Sea fructífero…multiplica…llena la tierra, sujétala…ejerce dominio…" (Génesis 1:28). En sus términos más anchos este el propósito de hombre y cómo glorifica a Dios: Llenar la tierra con progenitura hecho en la imagen de Dios mientras se ocupa en mantener, proteger, y cultivar la tierra. A pesar de todo el caos que el pecado ha introducido en la creación de Dios, el propósito del hombre nunca ha cambiado, y mucho menos con la apariencia y revelación de Dios en Cristo, el Ultimo Adam (I Corintios 15:45), y la comisión de Jesús a su familia apostólica: "Toda autoridad en el cielo y en la tierra me es dado…por lo tanto andan…enseñando/haciendo discípulos…bautizando…” (Efesios 2:19 - 20; Matthew 28: ¡18 – 20)!
-
Y por supuesto el estado del hombre tiene que ser tratado primero porque en este estado pecaminoso el hombre es incapaz de cumplir la labor para cual fue creado por Dios, es decir, su propósito. Pero somos desleales al mensaje bíblico cuando nuestro objetivo final es redimir una condición antes que restaurar un propósito. El hombre redimido encuentra un vacío increíblemente poderoso en su vida cuando el aspecto de propósito no es incluido como parte del paquete de Jesús y la salvación. Este vacío será llenado de toda clase de yugos religiosas, una vista moralista de la vida (legalismo), y de la ceguera espiritual, hasta que el propósito del hombre es restablecido en la mente y vida de uno. En el entretanto los propósitos de Dios continúan incumplido, a la frustración del hombre y los gemidos de creación continúan (Romanos 8:22).

No hay comentarios: